domingo, 19 de octubre de 2014

Déjales, que se escandalicen.



No entienden tu cuerpo,
no saborean tus pálidas curvas.

Y es que eres como el hielo,
que si se posa sobre ti
te estremece y,
llega un momento en el que te quema,
de tanto sentirlo.

Y él,
nada desagradecido de tu calor,
se derrite desapareciéndo en tus hemisferios,
sin esperar nada a cambio.

Dime entonces qué cosquillas te gustan,
quién quieres que te arrope
y que te quite la ropa.

Déjales,
que se acojonen de nuestro lenguaje,
que se sientan sucios por los verbos que usas cuando gritas.

Cómo coño no van a amar todas las locuras
que salen de esos labios jóvenes y rojos.

Rojo placer,
como el que das tú.

-Mene Black

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