No entienden tu cuerpo,
no saborean tus pálidas curvas.
Y es que eres como el hielo,
que si se posa sobre ti
te estremece y,
llega un momento en el que te quema,
de tanto sentirlo.
Y él,
nada desagradecido de tu calor,
se derrite desapareciéndo en tus hemisferios,
sin esperar nada a cambio.
Dime entonces qué cosquillas te gustan,
quién quieres que te arrope
y que te quite la ropa.
Déjales,
que se acojonen de nuestro lenguaje,
que se sientan sucios por los verbos que usas cuando gritas.
Cómo coño no van a amar todas las locuras
que salen de esos labios jóvenes y rojos.
Rojo placer,
como el que das tú.
-Mene Black