jueves, 11 de febrero de 2021

 Dos disparos seguidos en el pecho
dolerían menos que los truenos de mi cabeza,
que callan cuando me toco
y gritan cuando me voy.

Gritos
que aullan sin descanso
por todas las espinas que se mezclan con sangre.

La Luna, sin embargo,
se mantiene firme,
me mira y lo entiende todo,
siente conmigo.