Ahora que no existes
podría ser cruel, podría elegir el mal camino
y dedicarme a pensar en el ayer y no en lo que viene.
Podría usar el tequila como aroma
y despreciar a todo el que me importune.
Podría destrozarles la vida,
podría elegir otra salida,
podría elegir otra bebida,
pero haga lo que haga
no será lo mismo, porque tú no estarás ahí para compartirlo conmigo,
ni las venganzas ni los abrazos, ni las gracias ni los llantos,
ni los besos ni los puñetazos,
no estarás para observarme en silencio fíjamente y decirme con esos ojos azules
lo mucho que apruebas mi actitud, lo mucho que me entiendes.
No estarás ahí para quedarte dormido sobre mi barriga mientras pienso
en cómo solucionar el problema que ha llegado.
Tampoco estarás ahí para exigirme con tus ronroneos
que siga adelante pase lo que pase.
Tú,
tú eras lo único que lograba calmar a la fiera que llevo dentro,
tú eras el único que podía hacer que mis llantos cesaran
con solamente posar tu patita sobre mi pecho y tu mejilla contra la mía.
Tú eras el único ser vivo capaz de transmitirme tanta tranquilidad
que era imposible sentirse indignado, cabreado u ofuscado.
Y ahora estoy mal
por ti
y no puedo tenerte a ti,
a mi método para dejar de estar mal.
Dime cómo superarías tú eso
y te prometo que lo intento.
Te prometo que intento olvidarme de cómo olías,
de cómo maullabas a las tres de la madrugada
o de cómo ronroneabas mientras acariciaba tu pelo,
tu tacto, el cual aún me se de memoria.
Te prometo que aunque sea lo que más me duela,
olvidar tu existencia física, lo haré, lo haré por ti,
solamente me lo tienes que pedir.
Pero cariño,
tampoco estás aquí para pedirme eso
y ya las palabras que me dice la gente no me sirven,
desde el primer momento,
desde el maldito primer momento en el cual te perdí
me di cuenta de que lo que había perdido era lo mismo que me ayudaba a sobrevivir,
Éste texto es tan divagante como yo cuando hablo de ti,
de mi, de tu nariz y de tu cola inquieta,
es tan efímero como si ahora yo intentase imaginarte y moviera la mano
haciéndo ver que te acaricio, para así, retrasar ese momento
en el cual me voy a olvidar de tu olor y de lo que se siente al acariciarte suave y repetidamente.
De tus ojos cerrados alcanzando el climax, valorando mis caricias.
No es posible.
Y aunque hayan días grises
yo saldré a la calle
y lloraré bajo la lluvia porque son éstos los mejores días.
Porque es cuando más cerca te siento.
Porque es cuando menos siento que miento, sonriendo, evitando hablar de ti, evitando llorar...
Ahora es cuando me seco las lágrimas y sonrío, ¿no?
-Mene Black
A mi gato, Golfi.
A mi gato, Golfi.